25 de octubre, Día Mundial del Síndrome Mielodisplásico

Un día más marcado en el calendario, pero ¿y qué es el síndrome mielodisplásico? Para poder contestar a esa pregunta, tenemos que saber que existen unas células madre producidas en la médula ósea. Estas células son las que darán origen a todas las células de la sangre: las células rojas o eritrocitos, las células blancas o leucocitos, y las plaquetas. En ocasiones, se produce un defecto en estas células madre que puede afectar a una sola línea celular (las células rojas o eritrocitos, por ejemplo) o a varias líneas. Y, por tanto, las manifestaciones clínicas son muy diferentes. Si hay una falta de eritrocitos (o anemia) lo que sentiremos será cansancio; si hay falta de plaquetas (plaquetopenia o trombopenia) habrá un mayor riesgo de sangrado; y si hay pocas células blancas (neutropenia o leucopenia), se aumentarán las posibilidades de infecciones. En algunas ocasiones, estos síndromes mielodisplásicos pueden acabar en leucemia en función de factores genéticos, número y tipo de líneas celulares afectadas, la gravedad de esa falta de células, la edad, la exposición a compuestos tóxicos…

Los síndromes mielodisplásicos afectan a 4 de cada 100 000 habitantes al año. Esta cifra aumenta con la edad, alcanzándose más de 50 afectados por cada 100 000 habitantes por año en mayores de 60 años.

El equipo de investigadores e investigadoras del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba coordinado por José Mª Guinea De Castro y constituido por los y las especialistas Ariane Unamunzaga, Laida Cuevas, Xabier Gutiérrez, Carlos De Miguel, Diego Robles de Castro y Ernesto Pérez Persona, participan en distintos ensayos clínicos donde se evalúan tratamientos que impliquen, entre otros objetivos, una mejora de la sintomatología de los y las pacientes, o una reducción del riesgo de que una persona desarrolle una leucemia o fallezca como consecuencia de las complicaciones surgidas de los síndromes mielodisplásicos.

Además, el Grupo Español de Síndromes Mielodisplásicos (GESMD), al que pertenece el equipo de investigación, viene realizando una gran labor participando en un registro de pacientes. De hecho, este registro, que incluye datos de alta calidad de más de 15 000 pacientes, es uno de los mayores del mundo. El análisis de los datos registrados está generando numerosas publicaciones donde se identifican distintos factores que permiten estratificar el riesgo que presenta un paciente a que su enfermedad avance y, por tanto, pueda participar en un ensayo clínico u otro, o le vaya mejor un tratamiento u otro. De hecho, en los últimos 10 años se están explorando nuevas opciones terapéuticas que previamente no se consideraban.

En palabras del facultativo Ernesto Pérez Persona, “Ahora mismo, estamos en una situación de investigación muy activa y prometedora. El GESMD es un grupo muy potente a nivel internacional. Para ir mejorando progresivamente en el conocimiento, es importante seguir fomentando esta investigación y participar en ensayos clínicos. Los ensayos clínicos permiten avanzar en el conocimiento del desarrollo de las enfermedades y en un mejor tratamiento, que en ocasiones supone la única alternativa terapéutica para estos pacientes”. Para un mejor abordaje, es clave estratificar los síndromes mielodisplásicos, ya que son procesos muy heterogéneos, tanto biológicamente como por su comportamiento evolutivo.

La celebración de esta efeméride pretende, por un lado, lograr una mayor visibilidad social de esta patología hematológica y, por otro, apoyar la investigación en este ámbito, de manera que se mejore el diagnóstico y los tratamientos, con el fin de mejorar la calidad de vida de los y las pacientes. Como nos resumía Ernesto Pérez Persona, “queremos conocer mejor el origen y las causas que provocan esta enfermedad, saber por qué unos pacientes presentan un curso muy rápido y otros más lento, y poder encontrar el tratamiento adecuado para cada tipo de paciente”.