Ensayos clínicos para evaluar nuevos métodos de anestesia en las gastroscopias

La endoscopia digestiva alta, conocida también como gastroscopia, es una prueba que se utiliza para diagnosticar e iniciar el tratamiento de enfermedades del aparato digestivo superior: esófago, estómago y el duodeno. Desde su nacimiento en el siglo XIX, este tipo de procedimientos han experimentado un desarrollo exponencial a lo largo de los años para mejorar la tolerancia de la prueba. A este respecto, las últimas Guías de Práctica Clínica1,2 otorgan gran relevancia al uso de una sedación moderada, recomendando una combinación de propofol y midazolam, como mejor opción para realizar sedaciones de forma segura y eficaz. De esta manera, se combinan los beneficios anestésicos del propofol mientras que se reduce el riesgo de sobresedación rápida e irreversible y sus efectos adversos (hipotensión arterial, hipoventilación o bradicardia). En este nivel de sedación, por un lado, se mantiene la función cardiovascular y respiratoria, y el o la paciente, también, es capaz de responder a estímulos verbales y/o táctiles. Pero, por otro lado, el control de la ansiedad y malestar, así como la mejora de la tolerancia y satisfacción ante el procedimiento minimizando el riesgo de daño físico, siguen teniendo margen de mejora.

Una alternativa plausible para mejorar la vivencia de la endoscopia digestiva ha sido la aplicación de anestésicos locales. El uso de anestesia tópica faríngea en forma de aerosoles en espray ha sido parte de la preparación estándar de los procedimientos endoscópicos en las últimas décadas. Se ha observado que puede ser efectiva para suprimir el reflejo de la arcada durante el procedimiento, efecto desagradable para los y las pacientes y que dificulta el buen desarrollo del procedimiento. Sin embargo, no existe evidencia clara ni consenso entre la comunidad científica para recomendar su uso concomitante a una sedación.

Por todo ello, y porque la amplia mayoría de los estudios que hay al respecto aportan tamaños de muestra pequeños para establecer conclusiones, investigadoras del equipo de Investigación en Cuidados han llevado a cabo un ensayo clínico en 539 pacientes para comprobar si la aplicación de anestesia tópica faríngea mejora la tolerancia y satisfacción de paciente y endoscopista ante el procedimiento, así como los eventos adversos y requerimientos de propofol3.

Los resultados del estudio muestran que la lidocaína tópica como coadyuvante de la sedación puede mejorar la valoración del procedimiento por parte de los endoscopistas, asociándose a mayores niveles de tolerancia y satisfacción. No parece encontrarse esa diferencia en los y las pacientes, muy probablemente debido al efecto amnésico de la sedación. Las investigadoras observaron que los y las pacientes del grupo control tenían más probabilidad de toser durante la intubación y procedimiento y, tres veces más probabilidades de experimentar el reflejo nauseoso, eventos que dificultan el buen curso del procedimiento. Además, pacientes del grupo control eran más propensos a necesitar una sedación más profunda y, por lo tanto, una mayor dosis de propofol.

Por tanto, este estudio ha demostrado que la lidocaína tópica en espray bloquea el reflejo nauseoso y reduce la cantidad de propofol necesaria, disminuyendo sus efectos secundarios. No obstante, es necesario poner en marcha más estudios para determinar el nivel mínimo de sedación necesario para obtener un nivel óptimo de tolerancia al procedimiento, y posteriormente, utilizando ese nivel de sedación, evaluar la eficacia real de la anestesia tópica faríngea en estudios de coste-efectividad.

En palabras de la investigadora principal, Irene Martín Marcos (actualmente, enfermera de Pruebas Funcionales del Servicio de Aparato Digestivo del HUA Txagorritxu), “Podemos asumir la administración de lidocaína Espray como coadyuvante a la sedación combinada de midazolam junto con propofol, como una práctica segura y eficaz que mejora el curso de las esofagogatroduodenoscopias, disminuyendo los requerimientos de propofol, sin suponer un mayor riesgo para los y las pacientes. A efectos prácticos, estos resultados pueden servir como marco de referencia a la hora de desarrollar nuevos protocolos de sedación en las unidades de endoscopia digestiva”.

1Igea F, Casellas J.A, González-Huix F, Gómez-Oliva C, Baudet J.S, Cacho G, Simón M.A, de la Morena E, Lucendo A, Vida F, López-Rosés L. Sedación en endoscopia digestiva. Guía de práctica clínica de la Sociedad Española de Endoscopia Digestiva. Revista española de enfermedades digestivas. 2014:106(3): 195-211
2Early S, Lightdale R, Vargo J, Acosta R, Chandrasekhara V, Chathadi K, Evans J, Deborah A. Fisher, Fonkalsrud L, Hwang J, Khashab M, Muthusamy V, Pasha S, Saltzman J, Shergill A. Guidelines for sedation and anesthesia in GI endoscopy. Gastrointestinal endoscopy. 2018; 87(2): 327-337
3Martín-Marcos I, Fernández-Morte N, Balsategui-Martín M, Ortiz-Cantero A, Bermúdez-Ampudia C, López-Picado A, Pérez-Vaquero P, Salvador-Pérez M, Cristóbal-Domínguez E. Evaluation of pharyngeal lidocaine anesthesia for esophagogastroduodenoscopy: Double-blind randomized control trial. Dig Endosc. 2021 Oct 13. doi: 10.1111/den.14168.